La educación desde la primera infancia es fundamental, no solo para estimular el desarrollo cognitivo de los niños sino también para sentar las bases de los valores y la actitud que desarrollarán con libertad a lo largo de su vida. La educadora italiana María Montessori se dio cuenta de ello y creó un método educativo que empodera a los niños, ya que no solo transmite conocimientos, sino que estimula su autonomía respetando su ritmo de desarrollo y la libertad de elegir sus intereses individuales.
El Método Montessori funciona como una filosofía de vida y un método de educación basado en la observación de la naturaleza del niño, de sus necesidades, de sus inquietudes y de su desarrollo. Para aplicar el método, se preparan los medios idóneos para que los niños desarrollen y potencialicen sus habilidades y necesidades que favorezcan en él una madurez física, intelectual y emocional. Se caracteriza por desarrollar en los niños su autonomía e independencia, brindando libertad con límites y respeto.
Un ambiente preparado es algo vivo y va cambiando según las necesidades del niño, se guía a través de ejercicios de vida práctica, de gracia y cortesía, los cuales son indispensables para desarrollar la autodisciplina, pues está basada en la libertad y como consecuencia en el orden, la concentración y la observación; ya que los niños trabajan con materiales concretos, científicamente diseñados, que brindan las llaves para explorar y desarrollar habilidades cognitivas básicas. Estas habilidades son primordiales en la construcción del hombre del mañana, pues en la educación Montessori se establecen los fundamentos del carácter y se prepara a la conducta social, organizando su psique por sí mismo, desarrollando una virtud social que es la conciencia.
El ambiente Montessori es un medio que favorece el desarrollo integral del niño, tomando la idea de que el hombre es producto de su medio ambiente. De ahí la importancia de preparar y ofrecer un ambiente adecuado y previamente preparado, un lugar amplio, abierto, ordenado, estético, simple, real, donde cada elemento tiene su razón de ser en el desarrollo, permitiendo una gran libertad de movimiento. Los niños pueden trabajar en grupos o individualmente, respetando, de este modo, su propio ritmo.
El material es el medio por el cual se canalizan sus necesidades, energía y creatividad, contribuyendo también al desarrollo de los sentidos y de la personalidad, en donde el desarrollo intelectual es paralelo al desarrollo psicológico.
Una de las características de este método es que el niño aprende a través del error, pues el material le indica el camino a seguir.
A través de los materiales que hay en las diferentes áreas, los niños aprenden de manera natural haciendo caso a su interior, lo cual se conoce como periodos sensibles, aprenden matemáticas, el lenguaje, la lectura, la escritura, a explorar y conocer su medio ambiente. Así al disfrutar del aprendizaje, la mente del niño absorbe de manera increíble todo lo que le rodea. A través de sus experiencias se da la construcción de nuevos aprendizajes.
- En el área de vida práctica, hacer por sí mismo, concentrarse y cerrar el ciclo de trabajo, lo prepara para la responsabilidad personal y social.
- En el área sensorial refinan y desarrollan los sentidos, aspecto esencial ya que, a través de ellos, el niño se relaciona con su entorno.
- En el área de lenguaje, del análisis fonético y de la escritura, desarrollan la expresión de su pensamiento.
- En el área de matemáticas se ejercita la mente con el material concreto, acorde con la etapa del pensamiento en el que se encuentre cada uno.
- En el área de arte fluye la creatividad, es el lugar en donde su ser se expresa libremente a través de diferentes técnicas, no existen las plantillas; dibujan, pintan y modelan desde sus propias vivencias favoreciendo la imaginación y sus experiencias sensoriales.
- En las áreas culturales se les conecta con el mundo que los rodea, partiendo de la experiencia y de la observación que les permite investigar de biología, botánica, historia y geografía despertando un espíritu inquieto y respetuoso por la vida.
Los niños viven los valores en el método Montessori, estos se hacen presentes en todo momento, son conscientes del otro, son respetuosos con el trabajo de sus compañeros, lo cual favorece la socialización, la libertad de elegir y el amor por hacer cada actividad. También se desarrolla la responsabilidad al trabajar con el material y regresarlo limpio y ordenado a su lugar.