Renovar ideas y sociedades nos permite abrirnos a los demás y concebir nuevas formas de pensar, la gran fuente para que esto suceda es la diversidad cultural que es la oportunidad para vincular la paz y el desarrollo sostenible: En la resolución aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en diciembre de 2013, “se reconoce el papel de la cultura como motor y facilitador del desarrollo sostenible, es una invitación para movilizar más aún el potencial de la diversidad cultural”. La diversidad cultural es patrimonio común de la humanidad.
En la diversidad hay belleza, porque aporta una multiplicidad de miradas y soluciones a los problemas y en este sentido también se constituye en una herramienta para el desarrollo.
Todas las personas, grupos y comunidades tienen una manera específica de ver al mundo y comprenderlo, de relacionarse con su entorno, de solucionar los problemas y retos que enfrentan, así como de asignar valor a sus recursos poniéndolos a disposición de sus integrantes, por lo que cada grupo social y comunidad tienen características específicas que los hace ser diversos.
Y es que en la diversidad se incluye a cada persona, a cada grupo, a cada comunidad, cuando se comparte en libertad lo que son, cuando se habla de sus recursos, cuando se dan a conocer sus historias y la realización de sus proyectos.
La diversidad cultural es en si algo tan radiante que permite tener el derecho a la igualdad, a la inclusión, a la defensa para combatir actos discriminatorios, dando protección a la población defendiendo su origen étnico, su género, su edad, su discapacidad, su condición social, su preferencia sexual, con sustento en la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación.
En las últimas décadas la cultura ha obtenido una mayor presencia en el reconocimiento de su desarrollo, haciendo más visibles los temas principales que son la pobreza, la desigualdad y la discriminación, al mismo tiempo se siguen buscando vías de desarrollo innovadoras para lograr una plena apropiación por parte de las comunidades.
La Cultura, fuente de resiliencia.
Durante este tiempo de confinamiento masivo, miles de millones de personas recurren a la cultura como fuente de consuelo, bienestar y conexión. Ha habido un aumento en la creación y el acceso a contenido cultural en línea, desde visitas virtuales a museos y galerías, transmisión de películas e incluso coros comunitarios a través de las redes sociales, mostrando su papel fundamental como fuente de resiliencia para las comunidades. Las grandes crisis a lo largo de la historia a menudo han dado lugar a un renacimiento de la cultura y una explosión de nuevas formas de creatividad, tan vitales para el progreso humano.
Así para celebrar este 21 de mayo de 2021 el Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo, en PRAE proponemos una reflexión:
¿Somos tolerantes ante otras religiones y culturas? ¿Somos capaces de aceptar a los demás? ¿Aceptamos la diversidad?
Algunas posibles respuestas que cada uno puede adoptar podrían ser:
Reconocer la importancia del diálogo intercultural, la diversidad y la inclusión.
Lograr que todas las personas nos comprometamos y apoyemos la diversidad
mediante gestos reales en nuestro día a día.
Combatir la polarización y los estereotipos para mejorar el entendimiento y la cooperación entre las gentes de diferentes culturas.