“Hay hombres que luchan un día y son buenos.
Hay otros que luchan un año y son mejores.
Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos.
Pero hay los que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles.”
Bertolt Brecht
Todo empieza por un sueño, el sueño de ayudar a los demás, pero no solo en el momento inmediato o porque sea necesario, sino para realmente desarrollar un futuro benéfico y perdurable para una comunidad comprometida con la continuidad de sus proyectos y su bienestar.
El desarrollo comunitario, es como mover un tronco en medio del camino, hay que lograrlo con la ayuda de otras personas, con la mutua cooperación, de esto depende el éxito del proyecto ya que involucra a muchos actores y sectores,
pero de igual manera se vuelve complejo pues implica conjuntar ideas y metas. Por ello es interesante analizar, por separado los conceptos que lo integran:
Desarrollo.
Constituye un concepto con múltiples aristas y puede ser caracterizado como un modelo, una política, un objetivo, un proceso, un resultado o meta. Con frecuencia el concepto de desarrollo ha sido usado por los gobiernos y líderes políticos para señalar una meta de perfeccionamiento de la acción social en general.
Si generalizamos su definición, el desarrollo nos remite directamente a la idea de crecimiento.
Estamos pues frente a un concepto pluridimensional por lo que vale la pena hablar de un desarrollo en sus diferentes enfoques: económico, cultural, político y social.
Comunidad.
Elena Socarrás (2004) define la comunidad como “… algo que va más allá de una localización geográfica, es un conglomerado humano con un cierto sentido de pertenencia. Es historia común, intereses compartidos, realidad espiritual y física, costumbres, hábitos, normas, símbolos y códigos”.
Por lo tanto, a una comunidad la definen, tanto los rasgos comunes entre los integrantes como las relaciones, las actitudes y los comportamientos.
Después de analizar desarrollo y comunidad como conceptos separados, nos damos cuenta de que el vínculo es un proceso global, integrado y sostenible de cambio social protagonizado por la comunidad organizada en un territorio bien definido, que participa activamente en el aprovechamiento de los recursos locales constituidos por recursos humanos, materiales, naturales, financieros y sociales, para la contribución a sus condiciones de vida.
Entonces, el desarrollo comunitario es fundamental para crear un futuro mejor, para poder crecer como seres, armando proyectos sustentables que apoyen y beneficie a las personas, a las comunidades, a los grupos que más lo necesitan y así alcanzar las metas a mediano y largo plazo con un esfuerzo solidario sostenido.
El desarrollo comunitario es la causa principal de los Centros de Desarrollo Comunitario de PRAE. Es en donde se identifican y reconocen las necesidades para darles respuesta, considerando a la comunidad en toda su diversidad.
Un claro ejemplo de desarrollo comunitario es la comunidad de Cuacuila, perteneciente al municipio de Zacatlán, Estado de Puebla, en la que se realizan faenas para lograr un fin común, se realizan asambleas comunitarias como una forma de organización para la toma de decisiones que implica la participación de todas las personas que la integran y también se vinculan y participan en las iniciativas de CDC-PRAE, ejerciendo activamente el desarrollo comunitario y sus diferentes enfoques, con lo que queda clara evidencia del esfuerzo mutuo para salir adelante.
