La inversión en la salud de la infancia ha estado en la agenda de las políticas públicas desde hace más de 40 años y los estados miembros en La Región de las Américas han logrado mejorar los niveles de integración de los servicios de salud en los establecimientos sanitarios. Sin embargo, para hacer aún más eficaz esa integración, las políticas, estrategias y planes sanitarios nacionales, así como las leyes y reglamentos, se requiere renovar la atención y un enfoque intersectorial, inter programático de todo el curso de la vida, aplicado de manera compatible con los mandatos internacionales.
La persistente exclusión social, las desigualdades de género, de clase y de grupo étnico, y las inequidades generalizadas tienen todas efectos perjudiciales sobre el desarrollo de la infancia, por ello constituyen uno de los mayores retos. En las niñas y niños cuyo desarrollo se retrasa en sus primeros cinco años de existencia, difícilmente podrán alcanzar a los que tuvieron un mejor comienzo en la vida. Las intervenciones que protegen a los niños y promueven la máxima realización de su potencial pueden mejorar el desarrollo cognoscitivo y emocional para de esta manera impulsar el rendimiento escolar, que a su vez facilita el acceso al empleo productivo, propicia una mayor movilidad social y reduce inequidades en el futuro.
El progreso hacia los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) ha sido desigual entre los países, incluso dentro de un mismo país y con frecuencia se ha descuidado a los grupos más pobres. Por esta razón en Proyecto Roberto Alonso Espinosa (PRAE) reconocemos esta disparidad entre los más pobres. Es por ello que en los Centro de Desarrollo Comunitario (CDC) la atención de la salud de las niñas, niños y jóvenes es una prioridad.
En la línea estratégica de salud contamos con diferentes servicios para la atención, la prevención y la promoción, con esto garantizamos una vigilancia más estrecha de cada uno de los usuarios.
Los servicios con los que contamos son la atención médica, nutrición, odontología, acciones de enfermería y psicología. En cada una de estas áreas se realiza una evaluación inicial de cada niña, niño y adolescente para que, dependiendo de su diagnóstico, se atienda para mejorar su estado de salud o para prevenir alguna enfermedad. Así mismo se realizan actividades de promoción de la salud, con clases para mejorar sus hábitos personales y con ello evitar la aparición de enfermedades en su futuro.
En PRAE apostamos por la integridad en la atención de la salud tanto infantil como juvenil y realizamos las acciones necesarias para acercar los servicios a las personas que difícilmente tienen acceso; con esto podemos identificar de manera oportuna alguna situación que ponga en riesgo la salud en edades tempranas, así como de su núcleo familiar más cercano. En cada Centro de Desarrollo Comunitario garantizamos la vigilancia del estado de salud de las niñas, los niños y adolescentes para una vida sana que en suma propicie una comunidad más próspera.