Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en el mundo. Los infartos de miocardio y los accidentes cerebro vasculares cobran más de 17 millones de vidas al año, se estima que la cifra ascenderá a 23 millones para el año 2030. Una gran proporción de estas muertes podrían evitarse con una alimentación saludable que reduzca el consumo de sal, realizando ejercicio físico y evitando el consumo de tabaco.
Existen muchas enfermedades o afecciones del corazón, sin embargo, una de las más comunes es la hipertensión arterial, la cual también genera otras complicaciones debido a que puede lesionar los vasos sanguíneos de diferentes órganos. En el cerebro los niveles elevados de presión pueden causar una hemorragia o infarto cerebral, lo que se conoce como evento vascular cerebral. Del mismo modo al dañar los vasos sanguíneos de los ojos, puede causar pérdida irreversible de la visión.
La hipertensión también lesiona los riñones, órganos sumamente importantes ya que filtran la sangre y eliminan toxinas; cuando la presión arterial aumenta los riñones pierden su capacidad para filtrar adecuadamente la sangre, a esto se le conoce como insuficiencia renal.
Por lo tanto, la mejor forma de prevenir la hipertensión arterial, es conociendo los niveles y haciendo cambios que impacten positivamente a la salud. Un estilo de vida saludable es vital para la prevención; hacer ejercicio, llevar una dieta balanceada con bajo contenido de sodio, mantener el peso adecuado, limitar el consumo de alcohol, evitar fumar y manejar adecuadamente el estrés son claves que pueden marcar la diferencia.
En la línea estratégica de salud de Proyecto Roberto Alonso Espinosa (PRAE) contamos con tres niveles de intervención: Atención, prevención y educación para la salud.
En lo que a la atención se refiere, personas hipertensas asisten a los Centros de Desarrollo Comunitarios (CDC) para acceder a tratamiento y seguimiento, el cual se realiza de manera mensual. En esta cita se hace una historia clínica que permite conocer hábitos personales, así como definir cuáles son los que pueden ser modificados con la intención de influir en los resultados de la presión arterial, se valoran las cifras de los resultados con lo que nos damos cuenta si el medicamento está siendo útil en el control o si se requiere modificar la dosis. Es importante conocer si hay alguna complicación o síntoma que pueda ser derivado de este padecimiento.
En el nivel de prevención, se realizan jornadas de salud en donde se hacen tomas de presión arterial a las personas que asisten a ellas, con la intención de detectar a pacientes hipertensos que no tengan conocimiento de serlo, con esto se pretende que se tenga un tratamiento oportuno para evitar complicaciones. Al ser detectada una persona que desconoce que es hipertensa, se le da atención en consulta médica para seguimiento.
En el nivel de educación el enfoque se da tanto en quienes son hipertensos, con el fin de hacerles saber las consecuencias de no tener controlada su presión arterial y la importancia de modificar sus hábitos personales para tener un mejor control, como en personas sanas, especialmente niñas y niños para que conozcan la manera de tener una vida saludable, consejos para una alimentación más balanceada, la importancia de disminuir el consumo de sal y grasas, así como las ventajas de aumentar la cantidad de frutas y verduras y con eso mantener un peso adecuado. También se llama la atención acerca de lo importante de tener actividad física y de las razones por las que el sedentarismo puede ser un factor de riesgo.
En PRAE tenemos una atención integral y multidisciplinaria para que todas las personas mejoremos de manera importante nuestras condiciones de salud.
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Edición: Rocío Carrillo de Albornoz / Leticia Venzor
Bibliografía:
https://fundaciondelcorazon.com/prevencion/riesgo-cardiovascular/hipertension-tension-alta.html