Siempre habrá motivos frescos para abordar un tema tan enriquecedor como prolífico por ser parte de nuestra historia y de nuestra realidad presente, “El maíz”. Y es que esta semilla es la base de la alimentación mexicana y una manifestación cultural de origen ancestral.
Hablando de algo muy local y muy visto en la comunidad de San José Cuacuila, perteneciente al municipio de Zacatlán en el Estado de Puebla, en donde se hacen diferentes labores para llegar a obtener el maíz. Como primera actividad se tiene el barbecho y en ella se remueve la tierra para que pueda tener mayor penetración de humedad y de esta forma estar lista para la germinación de las semillas, esta actividad se puede llevar acabo en dos formas: una mediante el manejo de yuntas y la otra ocupando la herramienta de talachos, por las pendientes del terreno esta última es la más común; después de ello se deja reposar la tierra por dos a tres meses, y en este lapso la tierra comienza a producir diversas especies de quelites que son aprovechadas para el consumo familiar. Cuando pasa el tiempo de repose nuevamente se hace otro barbecho, pero en esta ocasión ya más rápido pues la tierra está más suelta.
Concluyendo el segundo barbecho se procede a la siembra; el inicio de la siembra del maíz es algo muy simbólico, pues ese día es muy especial ya que no solo es esperar a que germine y crezca la semilla, también están ahí las esperanzas de obtener una fuente de alimentación, pero sobre todo de esperar las bondades con que la tierra va a beneficiar a la comunidad. Después de la siembra pasan varios meses para obtener la cosecha, durante este período las personas en ocasiones realizan actividades por tradición como:
1. Abonar con ceniza, la cual lleva semillas de diversas hortalizas y quelites, logrando dos cosas: abonar el maíz y dar producción.
2. Sembrar chilacayote para obtener el producto y consumirlo. Esto tiene otro propósito también, pues al ser de guía y tener hojas anchas permite que el suelo quede cubierto y no crezcan otras hiervas.
3. Cosecha del maíz y con ella hacen muchas derivaciones ya muy conocidas.
4. La pixca es una acción en la que cosechan las mazorcas y dejan la caña de la milpa, para luego cortar la caña y que esta sirva como alimento para animales o cercado para un huerto de traspatio.
5. Dejar ahí mismo los sobrantes de todo lo que queda en el campo para que con el tiempo se descompongan y sirvan de abono al suelo.
Y es así como la simple y noble acción de sembrar maíz pasa muchas cosas durante su proceso para regalarnos la generosidad de la tierra.
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Edición: Rocío Carrillo de Albornoz / Leticia Venzor