En 1907, la doctora Montessori diseñó un método educativo que revolucionó la manera de educar a los niños, dándoles la libertad de aprender y desarrollar sus habilidades cognitivas, intelectuales, sociales, creativas y conductuales a su propio ritmo dentro de un espacio físico y preparado con las herramientas adecuadas a su tamaño.
Esta filosofía ha sido diseñada para aprenderse dentro de un espacio físico y en un entorno en el que los niños puedan interactuar con libertad, como lo ha sido en nuestras clases presenciales.
¿Cómo es que se puede trabajar en línea siendo una filosofía donde los niños aprenden interactuando? La Dra. Montessori solía decir: “No me sigan a mí, sigan al niño”, esto quiere decir que, a través de la observación, la guía Montessori detecta las necesidades de aprendizaje de los niños y enfoca el trabajo, y las presentaciones Montessori para satisfacer dichas necesidades.
Debido a la pandemia por COVID-19 que nos llevó al confinamiento, en nuestros Centros Comunitarios PRAE tomamos el reto y pusimos en marcha una nueva modalidad educativa con clases en línea impartidas a través de plataformas digitales, adaptando los materiales con insumos que tienen los niños en casa sin perder los propósitos de cada una de las presentaciones Montessori, siguiendo los fundamentos y las bases de esta filosofía.
Hemos observado que los niños se adaptan positivamente a esta nueva forma de trabajo, aprenden a decidir, desarrollan confianza y seguridad en sí mismos, además de enriquecer sus habilidades comunicativas, de observación y autorregulación.
Atender el aspecto socio emocional de los niños ante este cambio digital es esencial para conocer cómo se sienten, qué piensan e incluso cómo sobrellevan el extrañar a sus compañeros, escuela y guías. Para canalizar estas emociones se realizan actividades que favorecen la identificación y expresión de las emociones.
Gracias a las herramientas tecnológicas implementadas en PRAE, hemos continuado la formación de los niños y niñas desde casa, enfrentándonos a múltiples desafíos para los niños, las familias y la escuela. Sin duda en esta modalidad el apoyo de los padres de familia se vuelve sustantivo, iniciamos un proceso de aprendizaje para todos, y día con día hemos desarrollado las competencias tecnológicas necesarias para esta nueva realidad.
Los padres de familia crean en casa un ambiente favorable para el aprendizaje cómodo y seguro de acuerdo a sus posibilidades, y mantienen una comunicación constante con las guías para dar seguimiento a los avances y dificultades que se presentan en el aprendizaje de sus hijos.
Ante la nueva realidad, se ha hecho necesario el uso de las tecnologías de la información, así como avanzar con la vorágine tecnológica que no se detiene. Estas herramientas nos han acercado de nuevas maneras, pero también nos han alejado del contacto físico de las personas, algo que es indispensable para el desarrollo del ser humano. Nos hemos adaptado descubriendo un sinfín de posibilidades antes desconocidas, ahora valoradas y reconocidas en cada uno de los niños y niñas, padres y madres de familia, y guías.