En este caso llegó a San José Cuacuila, una comunidad enclavada en la Sierra Norte de Puebla, ubicada a una altitud de 2251 metros sobre el nivel del mar, con 1352 habitantes, en su mayoría indígenas que hablan Náhuatl como lengua materna.
Esta zona del Estado de Puebla es considerada como vulnerable en cuanto al limitado acceso a servicios básicos, como son los relativos a la salud.
El pasado mes de agosto, en el Centro de Desarrollo Comunitario (CDC) de PRAE en Cuacuila, se detectaron los primeros casos graves de contagios, de inmediato se evaluaron las condiciones para encontrar el mejor camino hacia intervenciones seguras y eficaces para hacer frente a la COVID-19, aprovechando nuestros recursos y los de la comunidad.
Diseñamos una estrategia de intervención que permita contener la enfermedad en Cuacuila y en cuatro comunidades más que atendemos dentro del área de influencia del Centro de Desarrollo Comunitario.
Conforme a la evaluación diagnostica que elaboró nuestro equipo de especialistas de la Salud en los Centros, y con base en los datos registrados sobre la prevalencia de la enfermedad en la zona, arrojaron que el 30 % de la población es sospechosa de contagio, posiblemente el 15 % requiera medicamento y el 5% uso de oxígeno para enfrentar la enfermedad.
Fundación Amparo destinó un recurso especifico para operar esta estrategia tan necesaria como humanitaria: Se destinaron médicos y enfermeras, brigadas, levantamiento de muestras, medicamentos, tanques de oxígeno y condensadores. Todas estas acciones siguen los cuidados, los protocolos y estándares establecidos por la Secretaría de Salud del Gobierno de México.
En Proyecto Roberto luchamos porque todos tengamos las mismas oportunidades y que podamos acceder al ejercicio de todos nuestros derechos humanos, empezando por el derecho a la salud y al bienestar como individuos y como familias.