Se sabe que una alimentación adecuada es básica para mantener un cuerpo y una mente sana, y en el caso de los niños es aún más importante que exista seguimiento y vigilancia en la ingesta de alimentos balanceados de acuerdo a su edad y a las actividades que realizan diariamente.
La posibilidad de que los niños accedan a los alimentos y/o bebidas con poco valor nutricional es muy alta, de igual forma si los niños ingieren alimentos o bebidas ricos en azúcares, su salud se verá afectada debido a que pueden desarrollar caries, las cuales están fuertemente ligadas al desarrollo de padecimientos como: enfermedades cardiovasculares, diabetes y artritis, así como la posibilidad de presentar obesidad, desnutrición o algún otro padecimiento.
Por lo contrario, sí un niño se habitúa a consumir alimentos que incluyan proteínas, grasas, carbohidratos y fibras verá beneficiado su rendimiento escolar y comportamiento, es por esto que es importante ser conscientes de la correlación entre una alimentación apropiada y el aprendizaje.
Algunos nutrientes que ayudan a tener un mejor rendimiento escolar son:
- Grasas saludables o naturales: son aquellas que se obtienen de aguacate, aceite de oliva, grasas animales, que ayudan al desarrollo y a un adecuado funcionamiento del cerebro y la vista.
- Los minerales ayudan al desarrollo cognitivo, al metabolismo, a la función psicológica normal y del sistema nervioso algunos ejemplos son: pescado, pollo, carnes rojas, huevo, leche, frijoles y brócoli.
- En el caso de las vitaminas del grupo B se encuentran: las pastas, huevo y algunos productos lácteos, que son fundamentales para el crecimiento y correcto funcionamiento del sistema nervioso central y del cerebro.
Adicional a los alimentos que se mencionan, la glucosa que se encuentra presente en alimentos como el pan, el arroz, la pasta, las papas y la miel, entre otros, juega un papel fundamental, debido a que es considerada como “gasolina” para que las neuronas funcionen de manera óptima para llevar a cabo las tareas mentales intensas, como resolver algunos problemas matemáticos, responder ante cuestionamientos e incluso en la reacción de algunos movimientos del cuerpo.
El consumo de alimentos ricos en vitaminas y minerales contribuye a que el niño tenga un correcto proceso cognitivo, es decir, la concentración, atención y memoria se verán beneficiados, dando como resultados el óptimo desarrollo.
En Proyecto Roberto Alonso Espinosa estamos convencidos de que una buena alimentación es básica para el desarrollo cognitivo en los niños, para ello se implementan programas de seguimiento mensual de peso y talla en colaboración con el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, para detectar de manera oportuna niños que presentan obesidad o desnutrición, y así tomar las medidas pertinentes para evitar cualquier otra complicación que afecte su salud.
El área de nutrición elabora los menús incluyendo todos los grupos de alimentos y en los comedores de Proyecto Roberto, se proporciona una alimentación balanceada para los niños durante su estancia en el Centro de Desarrollo Comunitario. De forma complementaria se brindan talleres de manera periódica a los padres de familia y a los niños, sobre el uso y consumo adecuado de los alimentos y hábitos de higiene, impactando de esta manera en su desarrollo integral.
Edición para Gaceta PRAE realizada por: Rocío Carrillo de Albornoz / Leticia Venzor