“El alto nivel de autocontrol no solo predice los mejores aprendizajes,
sino también un buen equilibrio emocional,
mejores destrezas interpersonales,
sentido de seguridad y adaptabilidad.”
Daniel Goleman
Una de las principales preocupaciones de los padres hoy en día es la educación de sus hijos, pero en muchas ocasiones se olvidan de un aspecto imprescindible para el óptimo desarrollo del niño, la educación emocional.
Dedicaré este espacio para hablar de la importancia de favorecer la salud emocional en la infancia, para enseñarles a enfrentarse a los problemas que se presentan a lo largo de su vida de una manera adecuada. Lo que va a tener beneficios no sólo en sus primeros años, sino también en la edad adulta, adquiriendo destrezas y conocimientos fundamentales para vivir en sociedad.
En los primeros años de vida, las niñas y niños poseen una importante plasticidad cerebral por lo que es en esta etapa donde el aprendizaje es especialmente importante para el enriquecimiento y adecuado desarrollo tanto en el área cognitiva como afectiva.
La plasticidad cerebral es una de las herramientas que ayuda en la adquisición de capacidades cognitivas. Por lo tanto, esta tiene la facultad de moldear nuestro cerebro para que logre adquirir y mantener los nuevos aprendizajes.
Por medio del entrenamiento y la estimulación se hacen modificaciones en nuestro cerebro, lo que completará nuestro aprendizaje y mejorará la calidad de vida.
Es por ello que Proyecto Roberto Alonso Espinoza (PRAE) en su interés por brindar estrategias socioemocionales desde el área de psicología y desarrollo familiar, brinda un servicio de calidad oportuno en temas de “Parentalidad positiva” la cual se refiere al comportamiento de los padres, fundamentado en el interés superior del menor de edad que cuida, desarrolla sus capacidades, ofrece reconocimiento y orientación lo que incluye el establecimiento de límites que permitan el pleno desarrollo de las personas en su infancia; de tal manera é organiza para cubrir cuatro áreas de competencias parentales, los cuales se llevan a cabo una vez al mes donde se abordan temas sobre las competencias vinculares, formativas, protectoras y reflexivas. Desdé esta área se busca informar y brindar estrategias que favorezcan la salud emocional tanto de las familias como del estudiantado de los diferentes programas.
Es un reto cada día tener la oportunidad de ayudar a realizar cambios en un sistema familiar, iniciando con los padres de familia que son los responsables de fomentar la salud emocional en las niñas y niños, cualquier cambio positivo tendrá consecuencias en el resto de los demás integrantes, favoreciendo su desarrollo emocional. Es por eso que estamos convencidos de que el objetivo que tenemos en PRAE es que todos los miembros de un mismo sistema desarrollen empatía y aprendan a ponerse en el lugar de otros, desarrollando conductas sanas en la infancia acerca de cómo cuidar su salud emocional con la validación y reconocimiento de sus propias emociones.
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Referencias
Goleman, Daniel (1998) La inteligencia Emocional en la empresa, Vergara Argentina.
Gracia, E. (1997). El apoyo social en la intervención comunitaria. Ed. Paidós.
